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Reseña: El Alquimista

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Ficha Técnica

Información general

Título: El Alquimista
Autor: Paulo Coelho
Género: Novela de aventuras
Tema: Desarrollo personal
Año de publicación: 1988

Edición leída

Editorial: Planeta
Páginas: 238
Año de la edición: 2000
ISBN: 950742895x

Sinopsis

Cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar un lenguaje que está más allá de las palabras, el que muestra aquello que los ojos no pueden ver.

El Alquimista relata las aventuras de Santiago, un joven pastor andaluz que un día abandonó su rebaño para ir en pos de una quimera. Con este enriquecedor viaje por las arenas del desierto, Paulo Coelho recrea un símbolo hermoso y revelador de la vida, el hombre y sus sueños.

Puntuación

 
4/5

Opinión Personal

Hoy traigo la reseña del El Alquimista, un libro que vuelvo a leer luego de casi 15 años.

Este libro está catalogado por algunos como un texto de autoayuda. Yo lo definiría, más bien, como una historia con enseñanzas. El fuerte de esta novela son los mensajes que va dejando: habla de los sueños, del destino, del azar, del amor…

Como dice la sinopsis que transcribí antes, Santiago es un pastor andaluz que vende sus ovejas para perseguir un nuevo sueño. Decide embarcarse en una aventura que, día a día, le va dando significado nuevo a su vida. Esta aventura no será fácil y deberá resignar cosas, cambiar de perspectiva y ver cómo pasa el tiempo sin, aparentemente, acercarse a su objetivo. En su viaje, conoce a un joven inglés que estudia alquimia y cuyo objetivo es poder transformar el metal en oro. Con él aprende a comprender distintas señales del mundo. Más adelante conoce a un verdadero alquimista, quien lo pone a prueba y le enseña nuevas cosas hasta que está listo para continuar su camino solo.

Desde el principio conectamos con Santiago, ya que es un personaje simpático y deseamos que todo le salga bien, acompañándolo a través de sus alegrías y desdichas.

Es un libro corto, de lectura rápida y que no se hace aburrido. A pesar de esto, Coelho tiene la capacidad de explicar conceptos complicados, que dan para reflexionar.

Si buscamos algo negativo, podemos decir que todo en la novela es demasiado simple. Salvo Santiago (muy notoriamente el único personaje principal), el resto de los personajes carecen de emoción y su intervención en la historia es muy plana. Sin embargo, para la finalidad que el autor le dio al libro, no se puede esperar una historia mucho más cargada. Durante la narración se les da énfasis a las enseñanzas (es por esto que muchos lo clasifican como un libro de autoayuda) y no creo que Coelho no supiera lo que estaba haciendo.

Algunos también se quejan de que es positivo en exceso. En lo particular, es algo que no me molesta y esta segunda lectura cayó en un momento personal que generaba una predisposición para esa visión de la vida. Pero definitivamente al final de la novela podemos sentirnos animados o terminar odiando el libro, así que para los que no lo leyeron recomendaría que no se dejen influenciar por las críticas, ni buenas ni malas, y se animen a leerlo para sacar sus propias conclusiones (consejo que se podría aplicar a cualquier libro, pero especialmente en este).

La enseñanza más notable que nos deja es que siempre debemos luchar por nuestros sueños, y no olvidarnos de ellos, por más que a veces parezca que nos alejamos del camino. Y si alguna vez abandonamos la lucha, siempre podremos retomarla y seguir, porque nunca es tarde.

Siendo un libro con tantos mensajes, no me alcanza con una frase. Así que, para cerrar esta reseña, dejo dos que me hicieron reflexionar: 

“Las decisiones eran solo el comienzo de algo. Cuando alguien tomaba una decisión, estaba zambulléndose en una poderosa corriente que llevaba a la persona hasta un lugar que jamás hubiera soñado en el momento de decidirse.”

“Para esto, no puedo tener miedo de fallar. El miedo a fallar fue lo que me impidió intentar la Gran Obra hasta hoy. Es ahora cuando estoy empezando lo que debería haber comenzado diez años antes. Pero me siento feliz de no haber esperado veinte años para esto.”

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